El que no corre vuela

Giovanni (20, Moquegua). Hace ya varios años que conozco a una chica muy linda llamada Kathy. La conocí en el colegio y compartimos la misma clase durante los efímeros años que duró la secundaria, recuerdo que en quinto de secundaria se sentaba cerca de mí y debo afirmar me gustaba desde entonces aquella dulzura que irradiaba y por momentos tenía ganas de desafiar a todos y propinarle un beso muy largo en plena clase de matemática. Pero eso se veía lejano, imposible, don Beto; los caminos intrincados del amor me llevaban por sendas lejanas y esos años equivocadamente los pasé persiguiendo chicas plásticas, por no decir malas, que me hacían sufrir como no tiene idea y que poseían una influencia negativa sobre mí. Ahora pienso esos años fueron desperdiciados, la tuve tan cerca y por nunca animarme a dar el gran paso, ella inició una relación que auguraba un gran futuro y lo peor es que aparentemente se le veía feliz.
Fue cuando cambió todo de repente, mi forma de pensar se volcó y hubiera sido capaz de las más crueles triquiñuelas en aras de separarla de aquel sujeto, sin embargo hubiese sido en vano pues no me veía a su lado en ese entonces.
No fueron pocas las cosas que me enteré y haciendo de tripas corazón no corrí hacia donde ella para contarle, por una falsa moral no pude hacerlo.
Tampoco fueron pocas las veces que intenté robarle un beso, o por lo menos yo imaginaba que lo hacía y me volvía loco pensando en eso, podría nombrar varias escenas de un intrincado viaje de promoción o una fiesta de carnavales en la casa de un amigo, o la más cercana en una discoteca no hace mucho, mientras ensayábamos piruetas de baile y yo trataba de moverme exageradamente para no defraudarla. Seguro a lo lejos los presentes se daban cuenta de mi intención y habrán desprendido una que otra risa burlona, no importa.
Cuando me enteré que por fin había terminado con su antiguo enamorado luego de varios años de relación interrumpida, no pude ocultar mi alegría, supe que ésa era quizás mi única oportunidad.
Hace casi una semana fue uno de los días más venturosos para mí, en una reunión llevada a cabo en su casa y con otros amigos por fin fui capaz de besarla como cuantas veces había imaginado y de decirle aquello que sentía y que yacía en un recoveco de mi memoria. Pero ese momento fue único en mi vida, fue como concretar una meta, un destino.
Comenzó entonces una semana en la que trataba de conquistarla de alguna manera y no sé qué es lo que estoy logrando, por momentos he llegado a dudar sobre lo que quiere ella de mí, soy muy feliz estos días al tenerla tan cerca y, don Beto, creo que se acerca el gran día.
Generalmente suelo ser un hombre sumamente nervioso y cuando estoy con ella no es la excepción y no actúo como debería ser, por ello me la paso hablando sonseras y cosas sin interés y no me animo a tocar el tema principal.
Ha pasado demasiado tiempo y creo que el día en que realmente sea mi novia saldré corriendo por la calle y me subiré a un poste mientras llueve, emulando aquel video singing in the rain, que tanto me gusta.
Por momentos me siento un farsante, antes de hablar con ella ensayo todo, escribo en un papel aquello que le debo decir y aún así me sale mal; o me vuelvo algo obsesivo y quiero pasar todo el tiempo con ella, no sé qué pensará sobre mí, quizás crea que soy un loco, un orate egoísta que sólo piensa en sí mismo, pero no es así.
Cabe recalcar que yo soy un aficionado a la literatura y ella es la única persona que ha leído mis cuentos, creo que ni siquiera mi mamá los lee, y para algo me tenía que servir ese poco de arte escondida que llevo y qué bueno me sirvió para acercarme a ella. Pues yo creo que Kathy es mi única fan, y sí, ella es mi único amor.
Yo sólo quiero saber, don Beto, si debo esperar más tiempo para que se recupere de aquella relación de varios años que terminó apenas hace unas semanas o debo emplear toda la artillería (que no tengo) y decirle que me estoy volviendo loco por ella. Esta semana he sentido que mi vida solitaria y de excesos se ha visto afectada por su presencia y todo ha cambiado para bien, soy un hombre diferente, ya no aquel solitario y cascarrabias que solía ser. Tengo miedo de perderla.
Querido Giovanni, tu historia me cautiva, es una de esas historias que toman forma con el tiempo y uno nunca sabe el desenlace. Lo que tienes que hacer es no desesperarte y darle más tiempo, espera tranquilamente y mientras tanto demuéstrale como puedas que eres sincero y que eres el chico ideal para ella, aunque yo te conozco muy bien y considerando tus habilidades en estos campos, eso es poco probable.
Ten paciencia e invítala a salir, pasa algo de tiempo con ella, sé muy cariñoso y pobre de ti que le hagas daño, ella es la chica más linda del mundo. Suerte.

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