Decálogo para inflar un globo

Para mi entrañable amigo José María


Usted, mi queridísimo lector se habrá fijado en lo curioso que resulta ver a un compañero inexperto en el tema tratando de inflar un globo. Pues esta tarea es de vital importancia en nuestras vidas y resulta difícil concretarla de manera satisfactoria. Por esa razón he hecho un decálogo con el cuál inflar un globo será más fácil que una clase de estadística, o más fácil que la filosofía de Jung. Y es que qué sería de nuestras vidas sin globos bien inflados que den color a nuestras orgías. Así pues les pido presten mucha atención y sigan al pie de la letra:


USTED:


1. Relájese y visualícese con el globo inflado en la
mano.


2. Respire honda y profundamente. Le recomiendo humildemente el ejercicio de los cuatro cuatros: inspire cuatro segundos, retenga cuatro segundos, espire cuatro segundos, aguante cuatro segundos. Repita
el proceso por lo menos quince veces.


3. Evite fumar cinco cajetillas de cigarrillos Hamilton© mientras escribe el mejor cuento de su vida.


4. No ingiera bebidas alcohólicas en lugares cercanos a alguna universidad en las 24 horas previas al inflado del globo.


5. Si es cristiano, rece.


6. Si no es cristiano, rece de todas maneras: esta tarea es muy difícil y es necesaria la intervención divina.


EL GLOBO:


7. Empiece con un globo fácil (jamás con uno de color amarillo).


8. Estire el globo, jálelo, píselo, ámelo, ódielo, haga lo que pueda para que sea más fácil llenarlo de aire.


9. NO olvide JAMÁS retirar delicadamente los dedos del cuello del globo al inflarlo para no obstruir la entrada de aire.


REGLA DE ORO:


10. Elija el globo con cuidado, que no sea ni muy grande, ni muy chico; ni muy gordo ni muy delgado. Y por Dios recuerde: Si tiene espermicida, no es un globo.


Si después de eso, aún no puede inflarlo envíenos su globo y se lo inflaremos con mucho gusto al módico precio de catorce dólares
americanos.

Chernobyl

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